Dentro de la poética de Ángel Chavarría

Conocimos a Ángel Chavarría (Madrid, 1996) a través del poeta y amigo canario Manuel Díaz García, cuyas recomendaciones poéticas son siempre bienvenidas. Ángel había estado viviendo en Canarias hasta que, en septiembre de este año, se trasladó a Madrid con mucha ilusión y varios libros a sus espaldas.

Lo que más me sorprendió fue que, a pesar de su juventud, reivindicaba un estilo poético que algunos podrían considerar caduco y otros un emotivo homenaje a los grandes clásicos de la literatura. Un léxico muy elaborado, que rescata sin pudor términos de otras épocas; métrica y profundidad en el mensaje, ¡rima! No podemos negarle la originalidad a una propuesta así en los tiempos que corren. Pero no se limita a imitar a los clásicos: también introduce novedades, experimenta, va más allá. ¿Conocíais el concepto de “saga poética”? Yo no, la verdad, y me pareció curiosísimo. Ángel inició este ambicioso proyecto, que lleva el título de En tierras baldías, en 2020, y ya cuenta con dos títulos: Gothica (2020) y Principia (2021). He tenido ocasión de leerlos. Me llamaron la atención ya desde el índice, en el que introduce pasajes narrativos que contextualizan el contenido poético. Nunca había visto algo así.

Estamos ante un poeta jovencísimo que mima el lenguaje y no se deja llevar por modas o corrientes: sostiene la poderosa lanza de su estilo frente a un panorama poético contemporáneo que, demasiado a menudo, vira hacia la superficialidad. La poesía de Ángel es densa; no se lee de una pasada: hay que adentrarse, paladearla, dedicarle una segunda y una tercera lectura para apreciar todos sus matices. Lo cierto es que merece la pena.

Además de los dos títulos de En tierras baldías, ha publicado varios poemarios anteriormente: Asylum (2016), Huesos y rosas (2017) y Espejos (2019). Y se ha adentrado también en la narrativa con el conjunto de microrrelatos Ritos, Sacrificios y Orgasmos. Por lo que he podido saber, ya está pensando en el tercer título de su saga. Resulta inevitable preguntarse qué nuevas sorpresas nos traerá a los lectores.