AMAR LA VIDA
A menudo, corro por el monte con una venda en los ojos; sin esperar nada, silbo canciones a los seres que lo pueblan.
Siento el viento que respiran mis pulmones, aún ennegrecidos por el humo de las fábricas y los fumadores de los bares.
Tras algunos baches, te amo con tus humanos huesos y tu alma frágil y tus ojos de animal herido; como una noche larga al otro lado de la ciudad.
Bailo a solas canciones que escribieron personas ya enterradas que pensaban en vivir para siempre, y tiro con cariño los prejuicios al contenedor azul.
Sin querer, empiezo a evaporarme como pasan las estaciones: incansable una y otra vez, olvidando las hojas caídas de los árboles al sentir el sol.
Intento ser un pájaro que cae en picado y se estrella con la tierra hasta unirse con ella como una roca prehistórica.
Siempre queda un paso más.
© Gonzalo Almansa, «Cuando todo se deshace» (BajAmar, 2022)