Ven conmigo a la fiesta de las fechas de caducidad.

liberalismo-politicoLos dos libros de Chamorro publicados en Hiperión (“Liberalismo político” y “Teoría de la justicia”) coinciden en el juego con diversas tipologías textuales. En el caso de “Liberalismo” el autor se apoya en el libro homónimo del filósofo estadounidense John Rawls para abordar una serie de temas a través de la experiencia poetizada. Las relaciones no son siempre de tesis-ejemplo, sino que las tensiones creadas por Chamorro entre los títulos (una suerte de epígrafes ensayísticos) y los poemas suelen tender a la contradicción, la ironía o un humor descreído y lúcido. Inevitablemente esta propuesta nos lleva a reflexionar sobre el valor de la poesía como ficción, un ejercicio entre el fingimiento y lo autobiográfico (si es que ambas cosas no son la misma).

En los textos de Chamorro se critican los sistemas de producción atendiendo a sus efectos alienantes sobre el carácter del trabajador (“pero el whisky llega tan al fondo / que agarras el vaso como si fuese tu padre muerto”). Así el individuo fracasa al buscar su identidad en el trabajo o en el consumo y solo se topa con siglas, facturas y otros textos que amarillean velozmente. Detrás del poema se atisba un relato de aprendizaje; detrás de las limitaciones materiales, una suerte de educación sentimental (“Bilbao, Roma, Berlín, Madrid, Valencia, Sevilla, quizá fue por eso, por no agotar / el dinero por no ir a verte, quizás fue por eso”). Como se ve, los recursos económicos aparecen como obstáculos para el amor, al igual que la distancia, que al fin y al cabo se salva mediante la adquisición (así lo comprobamos en el siguiente fragmento de «6. La idea de una sociedad bien ordenada»).

Soy un hombre bueno y quiero viajar gratis,
debería bastar.

Soy un hombre pobre y quiero viajar gratis,
debería bastar.

Así todos querrán ser buenos, para viajar gratis,
así es como la paz descenderá sobre el mundo,
así es como los hombres volverán a los universales.

Recemos por las compañías de bajo coste,
recemos por las organizaciones humanas
que nos permitirán visitar el mundo.

Llegar existe.

La segunda de las tres “Conferencias” (o capítulos) que estructuran el libro, “Las facultades de los ciudadanos y su representación”, plantea cómo la tecnología y las ofertas interfieren en la vida y, junto a los momentos más íntimos, construyen una iconografía personal entre la sensación de atropellada libertad y la impotencia. En estas condiciones el poema (o la vida) se escribe ya no en ratos libres, sino en instantes que pertenecen a la propia jornada de trabajo o consumo (“En la medida en que apropiarse de las cosas / es el primer síntoma que provoca su pérdida / llegué a la conclusión de que soy un animal / de fábrica”). El precariado es una escuela de participación en el mundo y “La soledad es el perfil donde todo se reconoce”; mientras de fondo ondea el origen como otro de los temas fundamentales: la familia, la necesidad de autonomía, el alejamiento y el regreso, la inmovilidad y la frustración (“Qué hago aquí, / te preguntarás, / otro whisky, mayo, en cualquier pueblo de Extremadura”). No obstante, también hay lugar para ese humor perspicaz y derrotado del que hablábamos al comienzo (véanse los siguientes versos de «8. Psicología moral: filosófica, no psicológica»).

Has invitado a todos, por qué a mí no, Pablo,
no lo entiendo, me gusta El Hormiguero, lo veré incluso cuando esté muerto.

Tampoco el Gran Wyoming me ha invitado al Intermedio,
será que no estoy a la altura, será que mis libros podrían no gustar, es un programa al que van tipos inteligentes y con trayectoria, pero me da pena, me gustaría asistir algún día, sí, me encantaría.

Será que detestan la poesía, a los poetas, será que no somos dignos de sus programas.

La última de las conferencias (“Constructivismo político”) parte del enfrentamiento del texto digital y de las opciones de búsqueda dentro de una oferta aparentemente diversificada (“confié en que jamás mentirían quienes alguna vez se comprometieron con la verdad”). Este problema alberga una pregunta radical: ¿cómo conocer las cosas en sí mismas, lo que son, objetivamente, sin tener en cuenta su relación con aquello que las rodea, con el mercado, con el consumo, con sus fechas de caducidad?

Nos persigue la patria, pertenecer. Los nombres,
nos persiguen los nombres. La oferta que nos obligó
a gastar cuanto nos quedaba para cenar a las afueras.

De todo cuanto amé queda hoy un idioma de animales.

Dejé de escribir mi nombre en los partes de trabajo
                                                                   tal y como indicó el nuevo encargado.

Fragmento de 7. ¿Cuándo existen las razones objetivas, en término políticos?

 

Compra Liberalismo político.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s