Imagina que la mañana del 24 o 25 de diciembre aporrean la puerta de tu casa, al abrir no ves a nadie al otro lado. Algo extrañado miras a la derecha, nada; a la izquierda, nada; pero al agachar la cabeza te encuentras con un regalo.
El Juklapp, posible origen de lo que conocemos como El Amigo Invisible, consiste en dejar regalos en la puerta de las casas y marcharse antes de que la abran pillandote con las manos en la masa. El obsequiado tiene que adivinar de quién es el regalo mediante un acertijo, poema o dedicatoria.
Los Bardos hemos llevado a cabo nuestro juklapp particular. Hemos eliminado el regalo material de la ecuación. Cada miembro tenía que regalar un poema inspirado en la persona que le tocaba, esta debía adivinar quién le había dedicado el poema.

Poema de Marina Casado para Francisco Raposo.
En realidad llevas la luna en las pupilas

Poema de Francisco Raposo a Marina Casado.
En la orilla de los libros
Para Marina Casado.
El silencio revolotea tras el horizonte,
posa sus diminutos pies ámbar
sobre fina arena de melancolía.
Un camino de piedra se adentra
entre las nubes, abre los brazos,
anuncia los despertares del día.
(El camino de recuerdos que espera su muerte
en la frontera de tinta que nos aguarda.)
Cádiz lo observa todo,
oculta tras los envistes del viento,
y un sudario de espuma cubre en San Francisco
los recuerdos de nuestro poeta.
Los abismos insondables terminaran
bañados de salitre de amanecida
y un rayo de mar abrazará Madrid
trayendo consigo el levante.
Con el YO lorquiano seremos acunados
y nuestra casa nos reconocerá en las orillas.
Si alguien pregunta verán las sombras
sonriendo en el lomo de los libros.

Poema de J.L. Arnaiz para Alberto Guirao
Tiempo y papel
El crepitar sobre las espinas del cactus
bajo nuestras palabras
disipa las lenguas de niebla que se apoderan del valle
y de nuestros ojos
anegados de hogar.
Las abandonadas almas de estas puertas
inflaman nuestras cabezas
de historias con dos finales
y dos incendios.
¿Quién podría haber dicho entonces
que las llamas
atravesarían el papel y el tiempo
hasta socavar las chumberas de un recuerdo?

Poema de Alberto Guirao para J.L. Arnaiz
Imagina
sobre el mantel del mundo
un bote de patatas derramadas que soy yo.
Marcas blancas: la gente de aquel pueblo. ¿Y tú?
Tú ni siquiera estabas.
El idioma universal de la noche
burbujeaba como un refresco
repleto de ideas brillantes.
Es fácil: solo imagina
un mundo allí donde tu escepticismo,
confía sobre todo en los nombres
sobre las etiquetas.
Casi agradable de ver
aquella lucha (cereales con fibra,
Coca-Cola, patatas). ¿Quién
era el bote de patatas?
Era yo, ¿recuerdas? Tú
ni siquiera estabas.
¿Asumes el monólogo a partes
lacrimógeno-humorístico
que suple a la verdad?
Y quiero imaginar
que Dios limpió la mesa al día siguiente
y que entendió los símbolos
como recuerdos rancios
y que los puso a abonar
ni siquiera un jardín,
ni siquiera un poema.

Poema de Andrés París para Eric Sanabria
Comedia sin título
ORADOR: ¡Ejem!
Eric, con la “ca” de kiko,
¿acaso caes cual caco
de aquel quiosco cacofónico
en que come un Kant cascado
coco y queso como crío?
¿Aquí, oculta Creta cuentas
acaecidas en costa
que con cóncava crueldad
quiso contar, clamar costras,
cantos, curvas, combas, cuerdas?
PÚBLICO: ¡LMAO!
(El telón se cierra parcialmente.
La cortina de la izquierda queda a medio camino porque al tramoyista que la llevaba
se ha extasiado,
ha visto la luz
del Foco,
la del dios de los focos y focas,
y se ha convertido en esquimal.
La de la derecha ha seguido su curso sin problemas).
O: ¿Qué has conocido?
Te pregunto compartiendo defunción y destino deformado por la gravedad de un
planeta gaseoso que te engulle.
¿Qué se puede esperar de un guiño a una poética que goza partiendo la vajilla de
bodas de un (antes), unos (después de la noche nupcial) moñas.
P: ¡Estamos de acuerdo!
(El filtro no cedía desde su comisura pública.
Las fustigaciones intensificaban con la pluma sobre la zapatilla de deporte
temblorosa).
O: ¿Lo veis de verdad? Un niño iba a darle un lametón a su bola de helado, pero el
cucurucho cedió y acabó en el suelo o…
(El público poco a poco confunde su lengua con la del orador).
P: …O la desilusión es como mezclan las lágrimas infantiles con los ríos deshechos
de un dulce frío.
O: Un chico pone sus manos extendidas a ambos lados de su cuerpo y las proyecta.
Una cerilla encendida está presente. Está conjurando antes de leer un poema o…
P: …O el espíritu de la libertad quema el aire con un silencio que conjura antes de
leer un poema.
O: Camino de una blanca cueva, las estrellas rutilan al paso de los coches.
P: Camino de una blanca cueva, las estrellas rutilan al paso de los coches.
(la metamorfosis concluye. El material residual es una risa verdadera que nace de la
garganta).
PO:¡LMAO!

Poema de Eric Sanabria para Andrés París
En esto que el Ito le dice al Aco, acho, que nos vamos a ir
tirando pal cobertizo, que paice que refrejca. Y el Azo, curtido
en especias y oraciones, asiente silencioso, en el fondo
ultrajado por la mera existencia del Ito. Ito era, como su
propio nombre indica, enclenque, flacucho y vago, apósito∴
perenne de cosas algo mayores. Al igual que Aco, siempre pegado
a los márgenes. Pero Ito gozaba de una afluencia de uso mucho
mayor que Aco. El cobertizo era todo de mentira, un buffer
cerebral raruno; el acento, impostado; el caminar de los dos
sufijos, inexistentes. Una ilusión de movimiento. Terminaron por
molerse a hostias sin un claro ganador, pero yo creo que Aco
ganó. Un hostiaco siempre gana a un guantacito. Andresaco
siempre será más que Andresito.
∴
Romper el hábito parece ser más cómodo que llorar, pero tiendo a
pensar que es al revés y el monje en cualquier caso está en
pelotas.
Hay que horadar menos.
El huerto crecerá sólo siempre que sea parte del volcán.
Nunca necesitará luz.
∴
-Huevos
-Leche
-Harina
-Levadura
-Aceitunas
-Pilas
-Garfios de pesca
-Dilatador anal
-La última erección de mi abuelo
[A stagnantly modern shoplist]
∴
Tengo una polla como una olla
en la que se cuecen almejas.
Ancha es Castilla y estrecha la concha
en que derramar semilla verbal.
Estoy más calvo que borracho.
Por eso brindo lefas.
∴
Cuántas canas no has peinado,
cuán ignorante eres del precio de los peines?
por no ser padre cuántas veces
no te han devorado los escrotos?
Langostas de sí mismas tumefactas
aferradas a las postras que acostumbran recibir.
Fechas de nacimiento que embridar.
Porque también el desove ocurre en estas playas.
La alternativa es la extinción,
o seis pezones en los abdominales.
Que la generación X lodazalee. Los /mantridogao/ se ensombreren
retropostirónicamente, como siempre.
Que el fantasma de un rigor se los devore.
Procuran anudar muñecas y tobillos
a una cruz manejada por el tiempo,
y si no bailas no hay espacio en el telón para tus dientes.
La clásica lámpara de araña como loca se cimbrea en la
techambre.
Las costuras enceguece de carcasas arrugadas.
Alzan brazos, bayonetas, tratando de cercar con taxidermia.
Explota la lámpara de risa.
Se retuercen como almas enraizadas en el limo,
como algas marrones al tocar el petricor.
En sus caminos labraremos, pero cambiaremos el cultivo.
Transgénicos y eficientes nos temen.
Pero nos necesitan para procrear su manterismo.
∴
Eran los más pijos de toda la comarca: usaban cubiertos.
A manos llenas las carcajadas.
A dos carrillos la socialización enmascarada de chanza.
Algo había en el ADN que no encajaba.
La sangre es más espesa que el agua.
Pájaros de una pluma.
Risas.
Locas a la diestra,
energúmenos a la siniestra.
And here I am, stuck in the middle with you
for as long as there’s music in our heads.
En el almuerzo de navidad, con todos los poemas impresos, todavía anónimos, se declamaron. Después de una votación se decidió las distintas autorías y nos llevamos alguna que otra sorpresa. Se trasladó el debate a nuestra cuenta de Instagram, y salvo algunos seguidores, la mayoría se llevó la misma sorpresa que los componentes de Los Bardos.
👏👏👏
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